jueves, 16 de noviembre de 2017

Fase REM:

Pintura: Paul Henry



No vivas cada momento como si fuese el último, destroza esa idea barroca y vive cada momento como si fuese el primero, extiende la felicidad que producen las cosas que no existen, estira la alegría de los segundos que han sido verdaderamente gratos contigo, pues todas las cosas bellas que habitan el mundo en un principio fueron invisibles. Guarda silencio, entiende, despierta y escucha: es el fantasma de tus ancestros el que dice que es el primer día de tu vida, abre los ojos como si estuvieras liberando un ave que estuvo encerrada en las sombras de tu conciencia por mil años, el mundo es tan pequeño para todo lo que quieres y todavía no me explico el que sigas en el mismo sitio, esa ave tiene la caparazón llameante de un Fénix, y entre las garras tiene un cordón de plata atado a tus piernas; ahora mismo te está arrastrando a un nuevo lugar inexplorado. Lo sueños no son más que tú mismo, levemente disfrazado, no tengas miedo a cambiar de color, modifica incluso tus formas, así podrás pasar por nuevas puertas, colarte por las rendijas y ser eterno, en el lapso incognoscible que siempre se difumina en la rivalidad trivial del tiempo y las oficinas. Alza la vista al cielo, como si levantaras una escalera en donde cada ilusión es un peldaño, cuélgate de las estrellas que perforan la profundidad de la noche, para que recorras como un globo de luz el mundo entero. Sí, sé que la vida se fractura, que es frágil y odiosamente fugaz, poco dócil, pero no te descorazones, tu espíritu solo puede hablar en los momentos más difíciles, desconoce el idioma muerto de la facilidad.

En cada cicatriz que realmente comprendas, florecerá un increíble jardín colgante, en el que tu niño interior podrá columpiarse e ir pintando el cielo; escucha la música que gravita más allá de las esferas, y que mantiene en movimiento los lejanos mundos inhóspitos que la ciencia humana todavía no conoce, esa música es el cuerpo de tu alma nadando en el invencible vacío cósmico, y pronunciando tu verdadero nombre en el megáfono de todas las dimensiones. Crea todo lo que puedas, no importa si fallas, no importa si el terrible juez apodado como "el otro" no lo valora o no lo toma en cuenta, cualquier gesta de la imaginación tiene la semilla atómica de la belleza. Sueña incluso si tu mente solo produce pesadillas y lluvias, acaso no has visto que las lágrimas a la luz del sol, centellean luces igual a los diamantes, que en las profundidades de la tierra, todavía rememoran sin descanso a los astros caídos, y a los hombres y mujeres que los han visto caer. El mundo mismo es un error, un producto divino del azar, y por justificación, es también un sueño casi inconcebible. Eres todos los rostros desconocidos que han husmeado en tus soñolientas historias, no es el cerebro quien crea esos lugares oníricos que rara vez al año visitas, y que te demoras mucho tiempo en recordar, dejando los capítulos a medias, regresando a una realidad que está llena de guiones y de leyes selladas por la mentira. Sueña dentro del sueño, muere a cada instante, aunque los ignorantes se queden defendiendo ese cadáver que ya no eres, llevándolo a cuestas como si fuera de ellos. Tu vida no puede reducirse a un solo instante, eres tú quien está soñando y envolviendo con tus llamas al mundo que es y siempre será tuyo.

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