La
tarde siempre me ha ofrecido refugios seguros,
Los
mismos del insomnio que a diario conjuro,
Las
llamas que consumen el cielo solo me dicen algo,
Que
el tiempo es fugaz y que nunca es tarde para valorarlo.
¿Ves?,
las nubes como viajan por el firmamento sin mirar atrás,
Parecen
algodones apretando mis heridas hasta colapsar.
De
esta división del tiempo, hay varias conclusiones,
y la más importante es
y la más importante es
que
los recuerdos te enseñan a que te perdones.
Un
nuevo Sol se esconde, la vieja Luna responde,
Los
sueños crean hogueras sin cuándo ni dónde,
Mañana
será otro día, mañana ya se abrirá otra herida,
Lo
único que nos queda es hacer de este cruel viaje una fantasía.